martes, 23 de noviembre de 2010

  1. Que tirste, pero cierto, dedicar una vida de veneración al amor de su vida, y luego ver la realidad de aquella persona que siempre esta y no esta, llega la indiferencia, las caricias rechazadas, el amor sin pasión, solo obligacion, cortesia para tapar el desamor. Aguantar y perdonar, pero luego ver aquel Dios que cree uno tener en su hogar, es una persona totalmente diferente, es otro ser, mentiroso mesquino, egoista, que llena sus placeres y deseos fuera de casa y vuelve a ella como un manso cordero agotado de tanto trabajar digno de consideración, que miserables, como pagan los hombres, ya nada satisfac, ni un cuerpo ni en rostro ni planear el mejor momento para un reencuentro, lenceria , encages, fragacias una cita; pero no desafortunadamente ya no somos la novedad y nada de lo que hagamos les parece sensual solo tonterias que se dejan pasar y se llenan con un beso y una caricia de cortesia y a dormir. Gracias hombres por su indiferencia ojala un dia las cosas cambien y sus vidas sean tan desdichadas como nos la hacen a las mujeres que amamos de verdad, ojala sus vidas se amargen por el rechazo y por ya no ser la novedad, calvos, barrigones, de caricias torpes pretenciosos, les deseo el desamor mas grande del mundo y la soledad de nunca ser amados. El dedicar una vida regalar la juventud, dar hijos, cuidarlos llevar un hogar amar, dedicación, pasión idolatria, para que un dia no signifiquen nada, solo un mueble más del hogar que esta solo para servir en su momento.

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